martes, 20 de noviembre de 2007

De lo rosa al ofrecimiento generoso

De un tiempo a esta parte me han reventado en mis oidos los comentarios "sotto voce" sobre el lamentable estado del actor Owen Wilson.

Parece que no es nada secreto cómo esta el pobre hombre, como alma en pena, al parecer tras la ruptura de su relación con la también actriz, Kate Hudson (los que la hayais visto en "La Llave del Mal" tampoco entenderéis tanta histeria, pero mira, el amor al parecer tiene estas cosas; , afortunadamente, mi misantropía y odio general a todo cuanto respira me impide pronunciarme al respecto).

El hecho es, y no me hagais desviarme del tema, que el chico de la nariz rota, esta tristón.
Cualquier hijo de vecino, cuando le pasa esto, le llora a los amigos, abraza ése calcetin que la persona amada se dejó en casa un dia (por estar agujereado, fijo) y que es el último recuerdo que nos queda. Poco a poco, tarde o temprano va saliendo al paso y beh, a rey muerto rey puesto. (También es válido el devorar cubos de helado de chocolate, por lo del sustitutivo más que nada, a la mierda la dieta, es un invento de alguien que no la necesitaba; Así pues la terapia "destroyer" de cualquier cosa que le importara a la pareja es muy útil, siempre y cuando no sea la casa entera, hay que saber fijar límites).

Pero estamos hablando de un actor de Hollywood y es que ya sabemos cómo van estas cosas. Hay algo en ése lugar, algo entre lo sagrado y lo profano que hace que cuando pongas un paso en ése sitio seas abducido y ya dejas de moverte en un sentido lógico.
Nuestro amiguito se sumergió en la ya consabida espiral de sexo-drogas-alcohol-sexo-drogas- y más sexo hasta llegar al intento de suicido en agosto.
Es la diferencia entre deprimirte siendo pobre y deprimirte siendo rico. Si eres pobre te fastidias, te quedas en casa tirado en el sofá viendo la prensa rosa (es que no hay otra cosa) muriéndote del asco. Si eres rico, lo pasas fatal, todo el dia borracho, drogado, de fiesta para intentar animarte y metido en orgías... si, sólo pensarlo me deprime.
Pero Owen esta decidido a salir del bache ( ¡A saber por qué!) y ha decidido rehabilitarse.
Para ello, en vez de ir a una de las famosísimas clínicas de rehabilitación (50.000 dólares al mes en la que esta de moda, que para esto tampoco vale cualquier sitio), el chico se ha apuntado a una moda nueva:

Una compañia, llamada Sober Champion, se dedica a ofrecer un servicio de "compañero" las 24 horas del dia, quien te supervisa y te vigila de cerca para que no seas malo y no caigas en la tentación. Esto es, una especie de molesto Pepito Grillo al que, encima de putearte, tienes que pagar. ¿Cuánto? pues entre 450 y 1500 $ al dia.
No esta mal, teniendo en cuenta lo que ya sabemos que cuesta una clínica de esas, eso sí, con desayuno incluido, al compa supongo que le tienes que invitar a comer.

Explicado todo esto, ahi va mi ofrecimiento, hago saber al lector, que me ofrezco como supervisora y salvadora, no caeréis en el pozo de la depravación por cantidades módicas no inferiores a los 2000 euros. Eso sí, bajo mi tutela no volveréis a probar el ron, mi empresa tendrá como lema "alcohol que no vas a beber, a krichi déjalo correr".
Todo sea por ayudar al prójimo.


P.D: Acabo de recordar...Owen Wilson era co-protagonista de la vil "The Haunting" de Jan de Bont, ha caido en la maldición y eso que su escena con el humero fue la más graciosa de toda la película. ¿¿Jan, maldita sea, qué has hecho??

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