Si, si, ya lo sé. Se me ve el plumero y sólo hablo de terror. Puedo prometer y prometo que hablaré de otro género. ¿Cuándo? Bueno, ya veremos, tampoco hay que ponerse fechas que sabéis que bajo presión no coordino.
Y tras esta burda excusa, a lo que vamos.
Algunos que tengáis mis añitos, a un paso de la decrepitud y que estéis pensando en cambiar el cubata del sábado por la mantita a rayas de franela os acordaréis de nuestro querido amigo Narciso Ibáñez Serrador ,"Chicho" para los amigos, y cierta serie de los sesenta producida y dirigida por él mismo para TVE.
Un Chicho anterior al "Un Dos Tres... Responda Otra Vez" que ya venía de largo en esto del terror (su padre ya le inculcó al chico el gustillo por el susto y las obras clásicas de literatura gótica) y que posteriormente nos regalaría a los aficcionados dos excelentes muestras de buen cine clásico de terror como son "La Residencia" (Dir. Narciso Ibáñez Serrador, 1967) o "¿Quién puede matar a un niño?" (Dir. Narciso Ibáñez Serrador, 1974)
En sus etapas, tres, en concreto (1966, 1967-68 y 1982) nos dejó perlas como "El Televisor" o "Asfalto". Pequeñas historias llenas de imaginación que, lamentablemente, no tuvieron la vida ni el desarrollo que hubieran podido llegar a tener si, como siempre, no se hubieran cruzado por su camino los "de siempre".
(Nosotros y ellos saben a quién nos referimos y quiénes son los culpables de que nuestras series se cancelen a la segunda temporada... vale, sí, aún me duele lo de Carnivale, pero eso es en otro post)
Sin embargo, para los seguidores de la serie surgió un nuevo proyecto en 2005 (con capital de la "cadena amiga") de crear una serie , de películas esta vez, con historias curiosas, escalofriantes o impactantes de la mano de cinco de los directores más imaginativos del panorama del terror y lo fantástico en España. Además tenemos el gustazo de que el propio Chicho aporta su grano de arena completando las seis películas resultantes de poco más de una hora de duración.
Si bien el resultado fue desigual, encontrándonos (a mi criterio) obras excelentes y otras que no lo son tanto, no esta mal ver como el cine español de ahora desarrolla una idea y una serie que tanto nos caló a los aficcionados.
Una de las mejores a mi gusto, con un par de sustos de los que te hacen saltar en el sofá y una buena historia con un excelente Javier Gutiérrez que sabe muy bien como ser ese vecino de al lado que hace que nos creamos todo cuanto le pase ( y a veces, hasta que pensemos que se lo merece!) No hay nada que incomode más que pensar que el peligro está en tu propia casa...
Si bien algunos esperaron una película como "La Residencia" o un escalofrío como "¿Quien puede matar a un niño?" no os equivoquéis. Aquí hay mucho Chicho y este señor sabe qué quiere contar y cómo hacerlo. Otra cosa es que estemos de acuerdo.
"La Culpa", como su título nos dice, es una reflexión sobre lo que la mente prefiere olvidar, un cócktel en el que una vez más, el director nos muestra sus temas recurrentes: Vida y muerte, moralidad y religión aderezado con sus ya famosos toques de ciertas pasiones veladas y oscuras fijaciones.
Un drama con toques de escalofrío para hablar de un tema que siempre estará de actualidad. Sin embargo es imposible perdonar a Chicho semejante final que me dejó con un regusto amargo en la boca, artificial y que decididamente, es inconexo y huele a cierto tufillo de timo.
Mateo Gil, que deja de escribir guiones para Amenábar de vez en cuando, gusta de incursionar en las cosas enrevesadas por su cuenta como en la infumable (lo sé, no tengo medida, pero para mí no hay por dónde cogerla) "Nadie Conoce a Nadie" (Dir. Mateo Gil, 1999). Con este tremendo antecedente no esperaba demasiado de este episodio del ciclo, sin embargo al ver que el señor Eduardo Noriega no aparecía me decidí a darle un voto de confianza.
El resultado fue ver una cinta emotiva, llena de secretos guardados en una vida entera que sin embargo, el tiempo no ha sido capaz de borrar. A pesar de no ser una película de terror sí mantiene cierto escalofrío al ver cómo avanza la historia y se siente cada vez más el desenlace trágico que sobrevuela la atmósfera que Mateo Gil sí ha sabido mostrar. Un pueblo obtuso, una mujer fascinante, un niño enamorado y el recuerdo imborrable de un amor al que, pase lo que pase, se ha de volver. Una correcta Natalia Millán y un Juan José Ballesta que cumple, sin dejar de ser lamentablemente ese chico de madriz con pinta de cani, más que nada por que el papel parece escrito pensando en su cara de golfete y su acento dejao.
Para aquellos que estéis pasando un momento sensible de recuerdos de amores pasados y que os guste regodearos en ello.
Que tengo cierta debilidad por Jaume Balagueró no es ningún secreto. Pero es que si a esa mente escabrosa, que se pirra por los edificios decrépitos del Eixample barcelonés, se le suma una Nuria González que hace de sicótica convencida como nadie (yo de hecho, hasta le cogí cariño...) y si además la otra prima donna es Macarena Gómez (que haga de sirena pulpera ["Dagon, La Secta del Mar", Dir. Stuart Gordon, 2001] o haga de pija chillona en "La Que Se Avecina", con esos ojazos es que tiene cara de víctima universal) cómo no va a salir algo bueno.
Trepidante, engañosa y sencillamente, muy entretenida. Un divertimento redondo, a mi entender, que además es corto por lo que el ritmo no llega a decaer hasta una explosión final de fuegos artificiales. Ni siquiera me importó que, tras la primera idea, el resto fuera tan predecible y que pareciera un remake de "La Comunidad" (Dir. Álex de la Iglesia, 2000) en Balagueró.
Pues bien, nos encontramos con una historia nada original, manida y con niña que tiene amigos imaginarios. Pero no unos cualquiera, no. Los amigos de la niña son ni más ni menos que algunos de los personajes más recordados de la historia del cine fantástico y de terror, como por ejemplo, un Leatherface (igualito al de "La Matanza de Texas") o un Nosferatu que dejan sus maldades para pasar a ser una especie de teletubbies versión bizarra. Si ya con esto no teníamos suficiente, añadámosle unos cuantos diálogos que dan vergüenza ajena y una Goya Toledo que parece tan desmoñada y poco creíble como la cinta entera.
A aquellos que creen que ésta es una joya subestimada me gustaría preguntarles si vieron lo mismo que yo. El resto se quedaron con las manos abiertas al ver el final (que por otra parte es lo único fumable de la película) preguntándose si valía la pena haber perdido una hora.
En fin, pequeños grelins, vedla y ya me contaréis.
Para aquellos que tengáis mi edad o algunos añitos más, como reseñaba al principio, si además sois aficionados al género de terror slasher juvenil y su humor negro os encantará la propuesta de Paco Plaza para el ciclo.
Cinco niños en los ochenta, aficcionados a "V", las películas de zombis, las artes marciales y con mucha mala leche resultarán ser la peor pesadilla de los malos... como debe ser. Una revisión a lo Mateo Gil de aquellas películas tipo "Una pandilla alucinante" (The Monster Squad, Dir. Fred Dekker, 1987).
Por lo demás, disfrutad, pero recordad que os lo avisé... No todas las películas son de terror y quien las vea con esa idea preestablecida se sentirá timado. Espero al menos que vosotros seáis más inteligentes que muchos que reseñan por ahi y protestéis por que "una película es mala si no da miedo".
Recordad que las "historias para no dormir" no eran cuentos de Poe en su totalidad...
